8 de junio de 2009

RELIGIÓN… RELIGIÓN, LAS COSAS QUE SE HACEN EN TU NOMBRE!!

Corría el año de 1894 y para alegría de los ciudadanos de La Paz, Bolivia, llego la famosa Compañía de Teatro “Peyres”, la cual deslumbro a Gil y mil en sus variadas representaciones.

Durante una larga temporada el Teatro Municipal se vistió de luces presentando cada noche una obra diferente con lleno completo. La sociedad paceña de plácemes, asistía a las funciones ininterrumpidamente bien emperifollada y perfumada.

El domingo 9 de Septiembre de ese año debía realizarse la ultima función de tan fausto evento de arte y la “Compañía Peyres” anuncio con bombos y platillos la “función de “despedida” poniendo en escena como “broche de oro” el drama titulado “el MARTIR DEL GOLGOTA”

Semejante obra causo sensación en la ciudadanía, corrían rumores antelados de que en representaciones anteriores en Buenos Aires, Santiago y Montevideo, esa puesta en escena fue de un realismo tan espeluznante que muchas señoritas sucumbieron desmayadas por la impresión y muchas otras quedaron traumatizadas de por vida al ver al “Cristo” viviente muriendo en la cruz, pasando por el juicio, los azotes, la coronación de espinas, la subida al calvario, las tres caídas etc.

“El Mártir del Gólgota”, debía presentarse la noche del domingo 9, todas las entradas se habían vendido. El entusiasmo de los actores unido al de gran parte del pueblo, presagiaba que la función seria espectacular; sin embargo cundió la duda entre la gente, sobre si la Municipalidad daría el respectivo permiso para la exhibición.

El Consejo Municipal alertado por los rumores decidió sesionar para resolver el problema presentado, el cual atañía directamente a la moral pública. Se abrió l sesión ordinaria leyéndose el oficio pasado por el gobernador eclesiástico, en el cual se hacia constar que, siendo la obra inmoral y por ende depresiva a las costumbres religiosas del pueblo, la autoridad eclesiástica se oponía a que aquella subiere a escena e insinuaba al mismo tiempo que el Honorable Ayuntamiento ordene en ese sentido.
Como la cuestión era previa, discutiose largamente, varios Concejales opinaban de acuerdo con el oficio del Sr. Gobernador, en tal caso resolvieron pasar a sesión secreta y una vez que esta hubo terminado, se resolvió por “mayoría” de votos que la Municipalidad era completamente independiente de la Iglesia en sentido de sus determinaciones y se otorgo nuevamente a la Compañía el permiso para la exhibición de ‘EL MARTIR DEL GOLGOTA”

Sin discusión alguna las puertas del Teatro Municipal se abrieron de par en par y el público colmo las instalaciones. El drama transcurrió en medio del griterío de las señoritas y señoras que lloraron sin parar, les partía el alma ver como el primer actor que representaba a Cristo, era zarandeado, azotado, vapuleado sin misericordia y para colmo de los males crucificado! …verdaderamente crucificado!

Santiago Farias un chileno de mala muerte era el susodicho “primer actor” de este drama, hombre vinculado al circo, fakir de ferias, trabajaba haciéndose traspasar clavos y alfileres en los mercados de los pueblos chilenos, para ganarse unos centavos que le ayudaban a vivir. En estas circunstancias fue descubierto por Valentín Krauss, director del “Peyres” quien encontró al artista perfecto para hacerse crucificar en la obra “El Mártir del Gólgota”
Nadie mejor que un fakir para poder soportar los azotes, clavos, espinas y golpes.

Fue así que el publico paceño vio con estupor como Cristo, en realidad Farias, se hacia traspasar las manos con enormes clavos a golpes de martillo, mientras chorros de añilina roja brotaban de sus manos y de sus heridas. Demás esta decir el espanto que produjeron estas escenas entre la concurrencia, muchas damas se desmayaron, la mayoría parecían muertas vivas. Durante toda la presentación se habían jalado los cabellos, llorado ríos de lagrimas, adiós colores, rimel, rouge. Mientras tanto, los caballeros en desbandada buscando “sales” y “aguas de Florida” para hacer revivir a las victimas del soponcio.

Al día siguiente la indignación era general, por calles y plazas circulaba con profusión un “Boletín” con el epígrafe de “ALERTA” protestaban los Miembros de la Sociedad Fraternal de Artesanos y Obreros de la Cruz e insinuaban al mismo tiempo al publico, asistir a una reunión que debería tener lugar a horas 5 p.m. en la Casa de Ejercicio de la Tercera Orden.

También se repartía por toda la ciudad una hoja “volante” que con el titulo de “Voto Fundado” habían hecho circular los honorables Zenón Iturralde y Alarcón Valdivia manifestando la censura de obras que afectaban a la moral y ridiculizaban a la religión.

Toda la ciudadanía excitada por este boletín, se lanzo contra el Teatro Municipal en una manifestación aterradora, en la cual se portaban piedras, palos y hasta pistolas, pidiendo la cabeza del señor Vila, concertista de la compañía, del director Krauss y del “roto” Farias. Ni siquiera una columna del orden pudo detener el oleaje humano del “pueblo enfurecido”, el cual apoderándose de las puertas del teatro, hizo jirones el cartelon que anunciaba ‘EL MARTIR DEL GOLGOTA”, otro grupo se dirigió hacia el alojamiento donde se hospedaban los artistas de la compañía, quienes llenos de zozobra y angustia venían venir a mas o menos unas quinientas personas. El director de la compañía, al divisar ese tumulto que se acercaba, sufrió un infarto cardiaco al que no sobrevivió desgraciadamente, muriendo en el acto.

Por si fuera poco el escándalo, también se formo un grupo de jóvenes radicales, quienes protestaban en favor de la obra y en contra de los censores. Estos caballeritos universitarios y sarmientos se distinguían por la fogosidad de su lenguaje, decían que los “obreros impulsados por los fines jesuitas” trataban de quemar el Teatro, asar a los concurrentes y comerse a los actores. Alentados por esas frases otros decían:

“Imitaremos a los obreros y convertiremos en cenizas el colegio de los jesuitas y para aterrorizar a los “crucistas vamos a apedrear el “colegio fanático y negro”

Y dicho y hecho, se lanzaron sobre el Colegio San Calixto y el Convento de los Jesuitas rompiendo los vidrios de las ventanas y quisieron echar abajo las puertas. Por su parte, los soldados de la gendarmería cercaron la calle, los rondines apalearon a varios jóvenes y los comisarios apresaron a unos cuantos.

Los que pudieron escapar se dirigieron enardecidos hacia la casa de don Zenón Iturralde, la apedrearon y se contentaron con eso, dirigiéndose a sus casas mientras hacían morir, a viva voz, a los jesuitas, a los Obreros de la Cruz y a Don Zenón.

El grupo que quedo en el teatro había dado fin con los faroles, no quedaba ni una sola ventana que no estuviese añicos, inclusive un grupo de histéricos se había apoderado de la cruz en la cual crucificaron al roto Farias, la sacaron a la Plazoleta del Teatro y le prendieron fuego, junto a todo el vestuario de los artistas. La plebe enardecida solo pudo ser dispersada a altas horas de las noches, por los gendarmes del orden público.

Por su parte, las damas paceñas en una actitud muy digna publicaron su protesta por la prensa, diciendo entre otras cosas:


‘A NOMBRE DE NUESTRA FE OFENDIDA Y QUERIENDO QUE NUESTRAS CREENCIAS SE MANTENGAN SIEMPRE ILESAS DE LA BURLA Y EL RIDICULO, PROTESTAMOS CON TODA ENTEREZA CONTRA LOS QUE AUTORIZARON LA REPRESENTACION DE LA ZARZUELA TITULADA “EL MARTIR DEL GOLGOTA”!!


LA PAZ, SEPTIEMBRE DE 1894.

FIRMAN: Edelmira B.V. de Córdoba, Mercedas A. V. de Ballivián, Bruna de Pando, Maria D Eduardo. Maria Paz Villamil, Julia Alcoreza, Natividad Pando, Crisologa Núñez, Dolores Sáenz. Maximiliano de Villavicencio, Florencia C. de Zalles, Esther de Gainsborg, Dolores Sáenz.

Las firmas son tantisimas que ocupan una página entera y la mitad de otra del periódico paceno “La Integridad Nacional.


Isabel Velasco.

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1 comentario:

  1. Que interesante descripcion. El articulo muestra con claridad hasta donde los fanatismos pueden llevar a la persona. Cuando la "multitud" es manipulada apelando a sus creencias mas importantes, pueden crear situaciones de intolerancia como la que prolijamente Isabel describe en este relato.
    La Inquisicion, las excomuniones y la quema de brujas, quema de libros nos recuerdan hasta donde se puede alimentar la animadversion al pensamiento establecido. Las humillaciones y "castigos" publicos contra las mujeres en algunos paises en Oriente Medio son muestra clara de que el problema aun no esta resuelto. Recuerdan la reaccion de grupos ante la exhibicion del film "El pecado del padre Amaro" o "Codigo da Vinci"?.
    El articulo de Isabel Velasco nos invita a una mayor apertura intelectual y a "mirar" (no solo ver) al mundo con mayor creatividad.

    David Marquez
    davidma-gwu@hotmail.com

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