19 de junio de 2010

QUIERO QUE ME ENTIERREN MIRANDO EL ILLIMANI




La década de los setenta en la ciudad de La Paz, fue memorable, algo imperdible, los que fuimos jóvenes en esos tiempos podemos decirlo. Fueron años de inmensos cambios, novedades, maravillas, moda, visión, futuro.

La televisión había llegado, junto a ella y un solo canal, el inolvidable “Canal Siete” llego un mundo de maravillas, aventuras, fantasía. Todos queríamos ser artistas, cambiar, hasta nuestro modo de hablar, preferiblemente con acento y este de acuerdo a las novelas y programas que llegaban desde la Argentina tenía que ser el bárbaro acento importado de Florida en Buenos Aires, después de todo y que mejor hablar como una gaucha entradora y elegante!

La ciudad comenzó a ver a las temidas “mujeres al volante”, luciendo los fatales “hot pants” con largas y elegantes botas, los abrigos maxi y las melenas largas con cerquillos que no permitían ni distinguir quien estaba frente a ellas. Y qué decir de las gafas de sol que de enormes cubrían toda la fachada.

Entre las muchísimas novedades me acuerdo de la llegada de la “Meditación Trascendental” por obra y gracia de mi tío el escultor Ted Carrasco Núñez del Prado, recién casado con la artista suiza Francine Secretan. La pareja más controversial de esos tiempos. Los únicos que vi vestidos con túnicas en las calles de La Paz y los primeros vegetarianos que tuve el gusto de invitar a mi casa.

Don Ramón Carrasco, padre de Ted y de todos los Carrascos, Atilio y el muy querido Jorge fueron grandes artistas que recibieron premios, ganaron y participaron en bienales de Europa y Latinoamérica, orgullo boliviano, fue hermano de mi abuela Rosa María Carrasco de Velasco y el abuelito más querido que conocí en la vida, de hecho el único que tuve, ya que los otros dos por parte de padre y madre los perdí antes de llegar al mundo.

No puedo olvidarme de sus facciones mestizas, alto, moreno paceño de pura cepa, un hombre de grandes virtudes entre las cuales la más enorme creo que era el amor a su tierra.

Nació en la Alameda, jugó en las aceras del Prado, estudio en el “Ayacucho”, lucho en las trincheras del Chaco y en los tribunales de La Paz, fue político, represento a su tierra en el Parlamento y recibió todas las medallas de valor y patriotismo.
No puedo olvidarlo... El marcó mi vida. Fue el primero que me obsequio el adorado “chapi” Chicharrón a quien quise con locura. El me mostro como se hacían los enormes quesos en la Hacienda de los Carrasco en Chua donde murió Raúl el mayor de sus hijos, lamentablemente asesinado por un grupo de maleantes furiosos.

Un hombre valiente en todo el sentido de la palabra, más paceño que el chuño, el único que yo vi desde chiquita como el abuelo más querido.

Había que conocer a esos caballeros de antes, si que amaban la ciudad, tanto pero tanto que como Franz Tamayo no salían de sus casas sin antes mirar o saludar al Illimani, el coloso hermoso Illimani! Lo hacían con reverencia, se sacaban el sombrero!

Ted y Francine Carrasco construyeron en esos tiempos una casa en Cota Cota tan rara pero tan rara que muy pronto esta se constituyo en atracción turística de La Paz, en esos tiempos la ciudad estaba todavía chica, el paseo siempre era dirigido hacia la Zona Sur a Calacoto, y hasta Cota Cota a fin de mirar la casa del “hippie” Carrasco quien no era otro que el que daba las clases de “Meditación Trascendental” en la Calle México del centro de la ciudad.

Ya casada y con dos hijitas pequeñas, un poco alejada de la familia, cierto día recibí la llamada de mi padre que me anuncio la terrible y triste noticia, el Tío Ramón había muerto. No pude contener las lagrimas, tenía que ir a su entierro, con guaguas chicas y todo ni que hacer! La dirección del velorio y de donde saldría el cortejo fúnebre era en Cota Cota.

Sin pensarlo dos veces y bien emperifollada como para ir al entierro de tan ilustre personaje, junto a mis dos hijitas con zapatos de charol y llenas de encaje subí a la ciudad a fin de recoger a mi padres y a una tía en Sopocachi, ya lleno el carro y con mucho afán bajamos a la casa “choza” con techo de paja de la familia Carrasco Secretan.

Un perfume de retamas y flores secas inundaba el ambiente de la original vivienda, esta era copia de una choza en el Altiplano de La Paz y para la excéntrica pareja de artistas en esos tiempos el sueño ideal. Los muebles tenían formas humanas, las camas eran en el suelo, el colorido de los aguayos y diseños chillón, en fin entrar a esa vivienda era como perderse en uno de los cuadros del gran Mamani Mamani.
Dimos los pésames pertinentes, Francine estaba bella, sus cabellos largos y rubios sujetados por una huincha en la frente caían en la espalda cubierta por una túnica larga blanca y sencilla. La puedo ver hasta ahora así, no me olvido de la hermosa mantilla hindú de color siena tostada que uso durante la ceremonia y en el entierro. Los ramos que habían llegado desde las florerías de La Paz fueron deslizados a otro cuarto y solamente ahí en el recinto donde se encontraba el féretro, entre inciensos y velos, cortinas y crisantemos, (no puedo olvidar ese momento anaranjado) estaba el tío Ramón entre ramos de pajas, macramés y flores secas.

Salió el cortejo, mas este no tenía como destino el Cementerio de La Paz, entonces todavía no se habían construido los cementerios de la Zona Sur solo existía el Panteón. Ramón Carrasco según mi padre tenía que ser enterrado en el “Mausoleo de los Ilustres”. No había por donde perderse. Seguramente, pensé en ese momento, el cambio de ruta hacia el norte de la ciudad, fue alterado por algún simbolismo mas o menos no tradicional al cual ya nos tenían acostumbrados los Carrasco, pero las “aguas volverían a su cauce” eventualmente, mas no fue así! El cortejo ante el asombro de todos los asistentes subía y subía y subía hacia Obejuyo y más arriba hacia el Alto de las Ánimas.

Entre los dolientes reinaba la confusión mas no podíamos hacer nada, Ted hablaba muy poco era muy reservado y qué decir de Francine sacarle una explicación o conversar con ellos algo bastante difícil, al menos en esos tiempos. Seguimos subiendo.
En esos “entonces” el camino hacia el hermoso Valle de las Animas era desastroso, el auto no daba para esos trajines pero yo insistí.. Aunque la inmensidad de los cerros, la belleza inmaculada del celeste cielo paceño y toda la magnificencia del lugar nos hicieron olvidar un poco el motivo de nuestra visita, algo había que no estaba bien!

De pronto al dar la vuelta en la curva de la laguna como un golpe apareció detrás de la montana el magnífico, majestuoso, coloso Illimani!

El encuentro así de frente con el “Tata” fue tan impactante que hasta ahora cuando recuerdo la fuerza del momento me quedo muda de la emoción. Ahí estaba. Como en una visión daba la impresión que se lo podía tocar con las manos, nunca me olvido de ese momento.

Ahí lo enterraron al tío Ramón…mi papa gritaba:

Como lo van a venir a dejar aquí tan lejos!

No podía ser, se escuchaban entre la familia rumores, protestas, nadie podía hacer nada ya que los “enterradores” estaban cavando la tumba.

Nos acercamos a Ted y Francine queríamos evitar que se lo deje tan lejos y solo!
No puedo negar que mi papa estaba desconcertado, furioso, después de todo, el decía:

Fue un gran hombre, un patriota, un personaje entre el Colegio de Abogados de La Paz, un gran jurisconsulto!! Un “Patricio” Como lo van a venir a votar aquí!!
Ante lo inevitable y ya sin remedio, termino la ceremonia y Ted Carrasco invito a todos a compartir un “pensamiento” no una oración, el no creía en ningún dios! Luego de unas emotivas palabras dirigiéndose a su padre con gran amor y respeto le dijo:

Ramón aquí te hemos traído por que siempre te escuchamos decir: “Quiero que me entierren mirando el Illimani” descansa en paz padre!!

Volvimos a la ciudad en un silencio sepulcral que a la altura más o menos de Obejuyo fue interrumpido por la voz de mí padre quien gritando nos dijo a todos:

“A partir de este momento si digo algo, lo que sea...por favor no me hagan caso”




CON ESTE RECUERDO DE MI ABUELO, MI PADRE Y MI “TATA” FELIZ DIA DEL PADRE A TODOS LOS PADRES BOLIVIANOS QUE VIVEN FUERA DE LA PATRIA AMADA! A LOS ABUELOS Y A LOS TIOS…FELIZ DIA DEL PADRE A LOS INMIGRANTES BOLIVIANOS EN EL MUNDO!

Isabel Velasco.

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3 comentarios:

  1. Lindos recuerdos y muy lindo relato!!!!
    Realmente nuestro ILLIMANI es el "tata" de La Paz, y todos los que amamos esta tierra y estamos lejos de ella y por ende de el, quisieramos QUE NOS ENTIERREN MIRANDO AL ILLIMANI (aunque no nos hagan caso)

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  2. Isabelita...hacia mucho que no lloraba ante la belleza...es un relato magnífico. Mis reverencias.
    jl

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  3. Que belleza Mabelita, que lindo escribes! Me hiciste emocionar. Yo también conocí al tio Ramón y la casa de CotaCota, y a tu papi y a la tía Marilú.Como celebro el encontrarte a través del FB. Un gran abrazo Mabelita!

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