Para quienes nada sepan de los “Juegos Florales” estos equivalen a nombrar la fiesta de la luz, de la juventud de la Primavera que surge de la vida que estalla, de la belleza que triunfa.
Es la fiesta de la mujer enaltecida, del ideal que vence, de la poesía que subyuga.
Los Juegos Florales se celebran en la antigua Roma en honor a “Flora” divinidad Sabina de las flores y esposa de Céfiro, estas se realizaban coincidiendo con la llegada de la Primavera y constituían una festividad ostentosa dedicada a la belleza del canto, la música, la danza y la poesía.
Estas fiestas de amor, encanto y belleza llegaron a España donde se celebraban acompañadas de certámenes literarios alrededor del idioma de Cervantes.
Los poetas y trovadores tuvieron el arte de pulir la forma de versificación en lengua castellana e hicieron surgir de los Juegos Florales grandes poetas y vates de la literatura española.
En América Latina, los Juegos Florales se pusieron de moda a fines del siglo XIX, y continuaron hasta el siglo XX. Aquí en La Paz, al unísono con otras capitales como Buenos Aires, Lima, Montevideo y Santiago tuvieron su más alta expresión de arte con la notoria intervención de las damas, donde la mujer tuvo sobresaliente representación y superior prestigio como juez y arbitro de arduas expresiones de galantería.
Fue en las llamadas “Cortes de Amor” donde el imperio de la gracia y la belleza impuso la autoridad femenina; la nota más encantadora del certamen consistía que la fiesta era precedida por una joven escogida de entre las más bellas como “Reina de los Juegos Florales”, en La Paz tuvieron una resonancia extraordinaria y todos los poetas de la época se sintieron atraídos por el llamamiento al concurso, acudiendo entusiastas a la noble lucha literaria, donde se presentaban inspiradísimos con producciones que enriquecieron la espléndida poesía boliviana.
Las fiestas se celebraron sin interrupción, año por año desde 1891, bajo el auspicio de la Sociedad Protectora de la Infancia, el “Circulo de Bellas Artes” y la “Sociedad Sucre”, siempre acompañadas por todo el fausto y esplendidez en el histórico “Teatro Municipal”.
Honraban la fiesta con su presencia notables escritores, poetas y hombres de letras, llenando el teatro un selecto público ávido de contemplar la ceremonia, todos los presentes, ataviados con elegancia, los caballeros indefectiblemente de frac y chistera (sombrero de copa alta), los jóvenes con smoking y las damas bien alhajadas, luciendo sus mejores galas a la última moda.
Para narrar los juegos florales de entonces, vamos a recordar los realizados en 1917.
En medio de la expectativa ansiosa del público, formado por toda la sociedad paceña, belleza-distinción- elegancia, levantose el telón a las 9 p.m. obteniendo el escenario un marco soberbio para la suntuosidad de la fiesta que comenzó con el concierto musical preparado por los socios del “Circulo de Bellas Artes”, siguiendo el “Dou Crucifix” de Faure, cantado por la señorita Dora Córdoba acompañada al piano por D. Juan Bosacoma. Seguidamente, el sexteto del “Circulo de Bellas Artes” interpreto el “Claro de Luna” de Beethoven. Estos números fueron aplaudidos con tal entusiasmo que llegaron hasta la ovación.
En la segunda parte, después de la obertura de la orquesta, el Señor Norberto Galdo, Presidente del “Circulo de Bellas Artes” declaro inaugurado el acto proclamando “Reina de los Juegos Florales a la Señorita María Cristina Cueto Pozo, quien subió al trono, esbelta e imponente, acompañada de las damitas que formaban su “Corte de Amor”, a los acordes de la marcha de Mendelssohn en una ceremonia de bello romanticismo que la concurrencia aplaudió frenéticamente.
Enseguida el señor Ricardo Mujia “Mantenedor de los Juegos Florales” pronuncio un elocuente discurso engalanado de hermosas estrofas poéticas con tan intensa fuerza emotiva y galanura de expresión que logro continuos aplausos.
Siguió la lectura de las poesías premiadas, recibiendo de manos de la reina la “Eglantina” y la “Banda del Gay Saber” el poeta laureado Claudio Peñaranda, el segundo premio con la “Violeta de Oro” correspondió al poeta Gregorio Reynolds y el vate Raúl Jaimes Freyre recibió en la ocasión el tercer premio o sea el “Jazmín de Plata”.
Acto seguido, el poeta Manuel María Muñoz canto su poema homenajeando a su Majestad Dña. María Cristina:
“Heraldos clarines anuncian tu llegada
Y en vez de rimas áureas cual pétalos dispersos de
Flores estrujadas te arrojare mis versos”
En los Juegos Florales del año 1918 fue laureado el poeta Eduardo Diez de Medina por su inspirado poema “Mallku-Kaphaj” Cóndor Poderoso, entonces también Don Rafael Ballivian obtuvo la “Violeta de Oro” por su poema “Retiro Aldeano”. En esa ocasión fue Mantenedor de los “Juegos Florales” el distinguido poeta Rosendo Villalobos.
En esos “Juegos Florales” inolvidables fue elegida como Reina la bellísima Rosa Salinas Vega a quien don Eduardo Diez de Medina dedico un verso inolvidable el cual en su parte final dice:
“Y al ver que hasta la albura se amengua de la nieve...
Siento el roce de tu pisada leve…
Mis rimas de deshojan y caen a tus pies”
Componían la “Corte de Amor: de esa dama las señoritas Alicia Estrada Cárdenas, Irma Hannart, Enriqueta de Santa Cruz, Alicia Sagarnaga y Hortensia Pinedo.
Los “Juegos Florales” de 1923 se caracterizaron por su sentido patriótico de glorificación al Mariscal Antonio José de Sucre. El poeta Rosendo Villalobos a nombre de la “Sociedad Sucre”, rindió emotivo y patriótico homenaje al prócer fundador de Bolivia. El poeta Manuel María Muñoz autor del “Canto a Sucre” fue premiado con el “Lauro de Oro del Gran Mariscal” y la Reina de esa fiesta fue la hermosísima Srta. Amalia Cueto Pozo quien fue conducida al trono por el poeta laureado a los acordes del Himno a Sucre detrás de ella su “Corte de Honor”: las hermosas Julia Rosa Montes, Hortensia Gutiérrez Tezanos Pinto, Sara Gutiérrez Vea Murguía, Rosa Iturralde Chinel, Sofía Flores García y Mercedes Aramayo Zapata.
“Los Juegos Florales” de 1924 reeditaron el triunfo del vate Manuel María Muñoz, quien con el seudónimo de “Juan de Juanes” mereció el único premio ya que el jurado compuesto por el Dr. Daniel Sánchez Bustamante y el poeta Gregorio Reynolds coincidieron que las otras poesías presentadas al certamen estuvieron fuera de concurso.
Así fue que Juan de Juanes con su poema “Canto de Amor y Esperanza” condujo hacia el trono a una hermosa Reina: Doña Aida Castillo Nava, cuya Corte de Honor compuesta de bellas señoritas era la siguiente: Julia Rosa Montes, Isabel Bustamante Calvo, Julia Méndez Ibarguen, Laura Salinas Vega, Cristina Iturralde Chinel, Sally Gutiérrez Vea Murguía, Alberta Johnson, Lytha Johnson, Carmen Estensoro y Hortensia Montes Rada.
Hubo muchos juegos florales, muchas otras lindas y bellas reinas, lástima que estas fiestas de arte y belleza se fueron para no volver con el paso de los años.
Para terminar, citaremos un trozo del discurso del “Mantenedor de los Juegos Florales de 1924, el Excmo. Señor Embajador Argentino quien expreso:
“Las efusividades del alma boliviana, atormentado por amores íntimos y ansias infinitas, deberían estar siempre aquí en este torneo de la gracia y la armonía, porque así como en los vastos eriales de las punas un manantial es un oasis y una cumbre nevada una blanca y suave aspiración. Así una justa de arte en medio de los trajines de la vida es una atalaya desde donde se dominan irisados los más bellos mirajes de la esperanza”
Isabel Velasco.
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