17 de agosto de 2010

“CHARINI” FUE EL PRIMER CIRCO QUE LLEGÓ A LA PAZ!



Las actuaciones de los circos en nuestra ciudad datan de la época en la cual gobernaba la Republica el General CHOCHOLIN Don Hilarión Daza.

Fue en el año 1878 que llego a nuestra ciudad el GRAN CIRCO CHARINI, el mismo que suscito gran contento, algazara y hasta laberinto entre los ochenta mil habitantes, grandes y chicos que por entonces moraban en nuestra “Oh Linda La Paz”.

El periódico “LA DEMOCRACIA” anuncio la llegada del “Charini” en su paso y visita a las principales ciudades americanas acompañado de un elenco artístico de primera magnitud, nunca visto! Este llegaba con un conjunto de animales amaestrados.

La llegada del “circo” constituyo una espectacular novedad y por consiguiente una fiesta a todo color, ya que hasta entonces no se conocía en La Paz espectáculo de índole igual.

El jueves 3 de Agosto de 1878, todo el pueblo, en todas sus edades y clases sociales, se arremolino en las aceras y esquinas de las calles y plazas, así como invadió los balcones de las casas en el trayecto desde la Garita de Lima, Coskochaca, la Evaristo Valle, Comercio, Plaza Murillo y adelante, para ver bien y mejor la entrada del circo.

A las tres de la tarde en punto se presento alborotadamente en medio del entusiasta aplauso del pueblo, principalmente del mundo infantil, de los llokallas y gualaychos, quienes reventaban de gozo, bailoteando de un lado a otro, dando saltos de alegría!

Presidia el desfile una banda la cual con sus alegres sones animaba las mojigangas, piruetas y los chistes de los tonys, cómicos y payasos quienes entraron farandulescamente encabezando a la “troupe” la cual se presento de “parada” y a todo color.

Figuraba como Director empresario y jefe de pista Juan Charini, la Prima Dona del circo Olguita Guerra, modelo de gracia y elegancia femenina, quien dio mucho “material” y tela para cortar a las beatas y mojigatas de ese entonces.

A Olguita Guerra le seguían Sarita Ferbus y Amelia Bridson, “ecuyeres”, trapecistas, tonadilleras, volatineros, trapecistas y malabaristas, sin mencionar a los eternos animadores que votaban grandes llamaradas de fuego por la boca, causando la sensación de miedo y espanto entre los concurrentes!

Seguían en el desfile cuatro caballos blancos, “mas blancos que la nieve” ellos lucían altos penachos de plumas albas, dos yeguas moras y media docena de perros choros, dirigidos y conducidos por sus capitanes y amos.
Tras el sequito de la compañía apareció el domador de fieras, trabuco y látigo en mano conduciendo tres carromatos tirados por otros tantos caballos enjaezados con elegancia; los carros vistosamente adornados y pintados a todo color, allí estaban las jaulas de barrotes de hierro con tres tigres de bengala, un búfalo americano y dos monos orangutanes.

La caravana circense, después de su paseo triunfal por las principales calles de la ciudad y la bienvenida airosa que le brindo el pueblo paceño con sus mirones, acampo en la explanada del Choro de Wilquipata, entre las calles Yungas y Santa Barbara, donde armo su carpa, con sus graderías de gallineros, lunetas y palcos a todo dar.
Alumbraban la pista poderosas lámparas de carburo.

Así se dio comienzo a la serie de funciones de matinée, tanda y noche, con una concurrencia de público de “bote a bote”.

El espectáculo del CHARINI se prolongo por tres meses, en este plazo largo, raro fue el paceño que se quedo sin ir y disfrutar del CHARINI!

Olga la contorsionista, producía sensaciones de nerviosismo con sus cabriolas y volteretas en el aire. Furrati el domador, introducía su cabeza en las fauces de los tigres! Los blancos caballos, jineteados por cuatro bien plantadas mozas, hacían las delicias del público con sus juegos de acrobacia y hasta bailaban “La Habanera”, haciendo figuras a los compases de la banda y a la copla chistosa modulado por un payaso que cantaba así:

“LA HABANERA DE HA DE VENDR,
MI NEGRA LA VA A COMPRAR,
ENTONCES TODOS LOS NEGROS
GOZARAN DE LIBERTAD”!

Por primera vez los paceños vieron en vivo y en directo tigres de Bengala, monos orangutanes, bestias de la selva africana, cada uno de los habitantes de La Paz era capaz de vender su alma al Diablo, a fin de entrar al circo.

Dicen que para CHOCHOLIN fue su cuarto de hora, pues nada le daba tanto placer que todo tipo de diversión.

El Charini le vino como anillo al dedo y no se perdía ni una función.

El excelentísimo Señor Presidente asistía al circo acompañado de su corte palaciega, arrellanado en el PALCO PRESIDENCIAL se solazaba contemplando piramidalmente a la OLGUITA GUERRA la “Reina del Aire”.

Por esta singular preferencia y del modo que CHOCHOLIN gozaba con las acrobacias de la intrépida señorita…el pueblo le endilgo al “pobre” un “affaire” con Olguita, también dijeron que los dos tenían “ciertos encuentros amorosos”

Se murmuraba por lenguas viperinas y maliciosas, que para disimular sus arrumacos concretaban sendos paseos a la “Villa de Obrajes”, donde pasaban primorosos días de campo.

Fue tan grande el recuerdo que dejo el CHARINI entre los paceños, que en los carnavales siguientes las comparsas y gente alegre cantaba y bailaba al son de esta copla:

De las Charini
Cuál es la mejor
Olguita la Guerra
Se lleva la flor.

De las de Charini
Cuál es la Mejor!!
La “chica” de Daza
Se lleva la flor!

Después del CIRCO CHARINI, muchos otros vinieron a La Paz, americanos y europeos, el Garners, el Wallas, Ship y Feltus, Osambela, Cabellini y el Babuken.

Dicen que el payaso chileno es el mejor del planeta, hasta ahora lo demuestra en sus viajes alrededor de nuestra América!

Isabel Velasco.

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